San Felipe de los Alzati es un testimonio del rico patrimonio cultural y arquitectónico de la Mesoamérica precolombina. Este importante sitio arqueológico, ubicado en la cima del cerro Zirahuato y sus montañas circundantes, sirvió como un puesto crucial de vigilancia y protección del territorio purépecha, marcando la frontera con los mexicas. Poblada por los otomíes y sus aliados, San Felipe de los Alzati floreció entre los siglos VIII al XV d.C., encarnando la esencia cultural y arquitectónica de la cultura matlatzinca, que también se asentó en el valle de Toluca.
Pueblo otomí
El pueblo otomí es uno de los grupos indígenas de México, con una historia que se remonta a la época prehispánica. Encontrados principalmente en la región del altiplano central mexicano, particularmente en los estados de Hidalgo, México, Puebla y Guanajuato, los otomíes han mantenido gran parte de su identidad cultural a pesar de las influencias de la colonización española. Conocidos por sus ricas tradiciones y artesanías populares, especialmente sus coloridos bordados y textiles, los otomíes tienen una fuerte conexión con la tierra y un profundo respeto por la naturaleza, lo que se refleja en sus prácticas tradicionales y estilo de vida.
La tribu otomí tiene su propia lengua, el otomí, que forma parte de la familia lingüística oto-pamea, y varía en dialecto entre las distintas comunidades otomíes. Estas comunidades suelen estar organizadas en torno a vínculos comunales y familiares, y la agricultura es una parte central de sus vidas. Son muy valorados por su conocimiento de las plantas medicinales y los remedios naturales, que se ha transmitido de generación en generación. Además, sus rituales ceremoniales y danzas, como la “Danza de los Voladores”, son parte integral de la cultura otomí, fusionando sus antiguas creencias espirituales con expresiones contemporáneas. A pesar de enfrentarse a desafíos como las dificultades económicas y la invasión del desarrollo moderno, el pueblo otomí persiste en la práctica de sus tradiciones y la preservación de su forma de vida.

Cerro del Judío (Mazatépetl)
El Cerro del Judío, también conocido por su antiguo nombre Mazatepetl, que se traduce como “Cerro de los Venados” en náhuatl, es una montaña llena de historia y significado cultural. Ubicado en el municipio de Magdalena Contreras de la Ciudad de México, este sitio no solo es una maravilla natural sino también un testimonio de la rica herencia precolombina de la región.

Mesa de Cacahuatenco
Mesa de Cacahuatenco es un importante sitio arqueológico precolombino mesoamericano situado en el municipio de Ixhuatlán de Madero, en la región norte de Veracruz, México. Este sitio, ubicado al sur del río Vinasca, se encuentra aproximadamente a 44 kilómetros al oeste del Castillo de Teayo y a unos 80 kilómetros al sureste del sitio arqueológico El Tajín. La Mesa de Cacahuatenco, con su extensa área y numerosas estructuras, es reconocida como un centro ceremonial crucial dentro de la región de la Huasteca.

Teotenango
Ubicada en la extensión sur del Valle de Toluca se encuentra la antigua ciudad de Teotenango, una maravilla prehispánica que fue un testimonio del ingenio y el espíritu de las civilizaciones que prosperaron en el corazón de México. Fundada en los años del ocaso de la civilización teotihuacana, la historia de Teotenango es una historia de conquista, resiliencia y, en última instancia, olvido tras la conquista española del Imperio Azteca. Sin embargo, las ruinas de esta otrora gran ciudad continúan susurrando historias de su pasado, ofreciendo un vistazo a un milenio de historia mesoamericana.

cañada de la virgen
Cañada de la Virgen es un sitio arqueológico ubicado en el estado mexicano de Guanajuato. Descubierto en 1998, desde entonces ha sido un foco de importante interés histórico. El sitio presenta un complejo de pirámides, templos y plazas. Se cree que fue construido por el pueblo otomí, que habitó la zona alrededor del año 540 d.C. Las estructuras del sitio se alinean con eventos celestes, lo que sugiere su uso con fines astronómicos y religiosos. Cañada de la Virgen ofrece una visión de las culturas mesoamericanas que florecieron antes de la conquista española.

Pahñú
Incrustado en el corazón de México se encuentra Pahñú, un sitio histórico repleto de historias antiguas y riqueza cultural. Este antiguo tesoro arqueológico ofrece a los visitantes una ventana vívida a las vidas de los pueblos indígenas que alguna vez prosperaron allí. Con sus grandes estructuras de piedra y sus intrincados tallados, Pahñú es un testimonio del ingenio y la espiritualidad del pueblo otomí. Los estudiosos creen que el sitio podría haber servido como centro ceremonial, convirtiéndolo en un punto focal para comprender las prácticas religiosas precolombinas.