La importancia arqueológica de Tell es-Sultan
Tell es-Sultan, también conocido como Tel Jericho o la antigua Jericó, es un testimonio del espíritu humano perdurable y la búsqueda de la civilización desde los albores de la prehistoria. Ubicado en el Estado de Palestina, dentro de la ciudad de Jericó, este sitio es reconocido por UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, y alberga los restos de la que se considera la ciudad fortificada más antigua del mundo.
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Panorama historico
No se puede subestimar la importancia de Tell es-Sultan en los anales de la historia de la humanidad. Habitada desde el décimo milenio antes de Cristo, Jericó se encuentra entre las ciudades continuamente habitadas más antiguas del planeta. La proximidad del sitio al gran manantial de Ein es-Sultan, identificado en tiempos modernos por Charles Warren en 10, ha desempeñado un papel fundamental en su larga historia de ocupación humana.

Período epipaleolítico
El final del Dryas Reciente alrededor del 9600 a. C. marcó el comienzo de la época del Holoceno y la Periodo epipaleolítico, durante el cual los grupos natufienses comenzaron a establecerse en la zona durante todo el año, lo que llevó al establecimiento de asentamientos permanentes. El primer asentamiento de este tipo en Tell es-Sultan se desarrolló entre 10,000 y 9000 a. C., antes de la invención de la agricultura. Este período fue testigo de la construcción de estructuras natufienses y el uso de herramientas microlíticas en forma de medialuna por parte de grupos de cazadores-recolectores.
Pre-Cerámica Neolítico A (PPNA)
La fase PPNA (c. 8500–7500 a. C.) fue testigo del surgimiento de una de las primeras protociudades importantes del mundo. Esta era se caracterizó por pequeñas viviendas circulares, el entierro de los muertos bajo los pisos de los edificios y la ausencia de cerámica. El asentamiento, que abarcaba unos 40,000 metros cuadrados, estaba rodeado por una enorme muralla defensiva de piedra y una torre de piedra, lo que indicaba alguna forma de organización social y división del trabajo.

Pre-Cerámica Neolítico B (PPNB)
Tras una pausa, la Pre-Cerámica neolítico El asentamiento B fue establecido en el 6800 a. C., posiblemente por un pueblo invasor. Este período se destaca por sus edificios rectilíneos, cráneos humanos enlucidos y artefactos avanzados, lo que sugiere una estructura social y prácticas culturales complejas.
Edad de Bronce
A partir del 4500 a. C., Tell es-Sultan fue escenario de una sucesión de asentamientos que alcanzaron su apogeo en la Edad del Bronce Temprano, alrededor del 2600 a. C. La ciudad estuvo ocupada de forma continua hasta principios de la Edad del Bronce Medio, lo que refleja la mayor urbanización de la región de Canaán. Las extensas murallas defensivas y las elaboradas ofrendas funerarias de este período indican el surgimiento de reyes locales y una sociedad urbana sofisticada.

Edad del Hierro y posterior abandono
El lugar permaneció desocupado desde finales del siglo XV hasta los siglos X-IX a. C., cuando se reconstruyó la ciudad. Sin embargo, en el siglo VII a. C., Jericó se había convertido en una ciudad extensa, que fue destruida durante la conquista babilónica de Judá a principios del siglo VI a. C. La ciudad fue reconstruida durante el período persa, pero fue abandonada poco después.
Excavaciones arqueológicas
Las primeras excavaciones en Tell es-Sultan fueron realizadas por Charles Warren en 1868. Las excavaciones posteriores realizadas por Ernst Sellin y Carl Watzinger, John Garstang y Kathleen Kenyon, entre otros, han proporcionado información valiosa sobre la compleja historia y la importancia prehistórica del lugar. Las excavaciones más recientes, llevadas a cabo por la expedición ítalo-palestina, han descubierto varios monumentos de la ciudad de la Edad del Bronce, lo que enriquece aún más nuestro conocimiento de este antiguo lugar.

Conclusión
Tell es-Sultan es un testimonio monumental del ingenio humano, la resiliencia y la búsqueda incesante de comunidad y civilización. Los hallazgos arqueológicos de este sitio no solo arrojan luz sobre el desarrollo temprano de las sociedades urbanas, sino que también brindan una ventana a la vida de nuestros antepasados y ofrecen lecciones invaluables para comprender la condición humana.
